Campus logo

Ecologismo: qué significa ser ecologista

19 de Agosto de 2016
qué es ser ecologista, ecologismo
Ser ecologista no tiene nada que ver con militar en tal o cual formación política o votar a uno u otro partido. Ser ecologista no se demuestra exhibiendo el carnet de pertenencia a una ONG o luciendo un adhesivo de nuclear no gracias en el coche. No.

El ecologismo es mucho más que todo eso, algo más substancial y más honesto.

Ser ecologista es interesarse por el origen de los alimentos a la hora de ir a comprar y elegir, entre dos opciones similares, el producto con menor envasado, de mayor proximidad o de cultivo ecológico. Ser ecologista es anteponer el derecho de los animales al disfrute de su compañía. Renunciar a tener un perro o un gato si sabes que no le vas a poder dar el trato que se merece.

Ser ecologista es intentar reducir nuestras basuras y en todo caso separarlas en el hogar para depositar cada cosa en su sitio y facilitar el reciclado de los materiales, un acto cotidiano y voluntario que está haciendo posible que, poco a poco y con la participación de todos, los residuos dejen de ser basura. Ser ecologista es interesarse por el origen de la energía que consumes en el hogar, preguntar a esa compañía que apuesta por las fuentes renovables. Hacer cuatro números sobre la evolución de la factura. Analizar las posibilidades de ahorro y aplicarlas allí donde surja la oportunidad para hacer un uso más eficiente de la energía.

Ser ecologista es estudiar las opciones de movilidad que nos ofrece el transporte público, el coche compartido o la bici antes de decidirse por comprar un automóvil. Estudiar el tema del coche eléctrico o híbrido y, en todo caso, preguntarle al tipo del concesionario por las emisiones del modelo que nos ofrece antes que por los caballos de potencia o la velocidad punta. Ser ecologista es amar la naturaleza y disfrutar de ella desde la máxima consideración. Respetando el equilibrio de los ecosistemas que la forman y los seres vivos que la habitan.

Ser ecologista es hacer un uso responsable del agua. Estirando cada litro para que toda gota cuente, tomando las medidas necesarias para no dejar correr la que no has de beber. Aceptando que el váter no es una papelera ni el desagüe un vertedero. Mimándola, queriéndola, entendiendo el acceso al agua potable como un privilegio antes que como un servicio.

Y por último, ser ecologista es hablar de todo esto con tus hijos. Compartir con ellos los valores que nos mueven a actuar así en nuestro día a día. Explicarles que no importa cómo se comporten los demás ni las acciones irresponsables que puedan observar en determinados individuos, empresas, entidades o incluso administraciones.

Enseñarles al cabo que respetar el medio ambiente y contribuir a su mejora con un comportamiento responsable es lo que produce una satisfacción muy íntima, la satisfacción de saber que estamos poniendo nuestro granito de arena para que todos vivamos mejor en un planeta mejor, aunque ello no trascienda, aunque nadie nos los reconozca, aunque no luzca en nuestro expediente. Porque ser ecologista es una filosofía de vida, no una reputación social.

ACERCA DEL AUTOR

José Luis Gallego
Divulgador ambiental, naturalista y escritor. Colaborador habitual de TVE, TV3, La Vanguardia y Onda Cero. http://www.ecogallego.com/