Si tuviésemos que decidirnos por uno de los elementos de más difícil representación en el mundo del arte, el agua se lleva la palma. Desde la antigüedad hasta nuestros días los artistas y creadores han intentado presentarnos con las técnicas más diversas un componente esencial para nuestra vida.
Si tuviésemos que decidirnos por uno de los elementos de más difícil representación en el mundo del arte, el agua y su belleza se llevan la palma. Desde la antigüedad hasta nuestros días los artistas y creadores han intentado presentarnos con las técnicas más diversas un componente esencial para nuestra vida.
El arte y el agua
De los papeles al agua hasta las fotografías digitales, pasando por las acuarelas, la escultura, el óleo o la filmación, los soportes más dispares han tratado de transmitirnos la belleza y los misterios que esconde este recurso indispensable que cincela hermosos paisajes naturales, nos traslada a atmósferas únicas y es capaz de crear situaciones emocionales intensas.
Todo un universo de posibilidades que también se plantean cuando se aborda la temática del agua en una exposición. Es justamente este precioso desafío la propuesta que el Gaiás-Cidade da Cultura de Galicia ofrece a través de la muestra “Agua Dulce”. Invitamos a realizar un viaje por las culturas más diversas del planeta donde la presencia o la ausencia del agua se plasma con mirada propia; como en la cultura inuit, los aborígenes australianos, la escultura azteca, las estampas japonesas o cómo al amparo de las grandes corrientes fluviales se han desarrollado culturas fluviales milenarias, con nuestro especial homenaje a los grandes ríos de la Tierra.
El agua como recurso
Invitamos además a ver más allá del arte y su belleza y percatarnos de cómo el hombre ha utilizado el agua para su vida doméstica –multitud de recipientes, cacharrería, vidrio o cristal se exponen en un hermoso damero-; para generar energía, para abastecer núcleos de población o abrir pasos de comunicación con canales y recursos ingenieriles –maquetas, inventos, aparatos, personajes: ¿quién se acuerda de Juanelo Turriano?-. Pero también nuestra invitación se extiende a reflexionar sobre su uso y su distribución –legislación del agua, el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia- y nuestra responsabilidad en un consumo responsable y sostenible.
Y cómo no, ¡Galicia!: la tierra de los diez mil ríos del poeta, el lugar donde la lluvia es arte, no puede faltar a esta cita. Con su extraordinaria riqueza termal, su patrimonio natural y sus artistas, los creadores que nos hablan de la inaprensible belleza del arte.
La historia del agua en el arte
El estudio del agua en el arte puede implicar inicialmente examinar las diferentes formas en las que ha sido representada. El agua a menudo se ha mostrado o indicado en forma de símbolo o estilizado de alguna manera.
En otras ocasiones, durante el Renacimiento y posteriormente, el agua en el arte se representa de forma más realista. Muchos artistas pintaron agua en movimiento, un arroyo o río que fluye, un océano turbulento o incluso una cascada, pero también disfrutaron de vistas de aguas tranquilas: lagos, ríos lentos y vistas de un mar en calma. En cada caso, el agua determinó el estado de ánimo general de la imagen.
Si bien algunos artistas mostraron un interés directo en el agua en sí, como Leonardo da Vinci, quien estaba fascinado por el agua y la estudió como artista / científico y como ingeniero hidrológico, muchos otros representaron los muchos atributos del agua transmitidos literal, metafórica y simbólicamente, o alegóricamente en la mitología, la religión y el folclore. Una categoría de imágenes se puede agrupar bajo el título Aguas de cambio. Otra categoría puede denominarse Aguas de destrucción.
Cultos del agua
Desde la antigüedad, el arte ha servido a los cultos del agua. Ha aportado imágenes que personifican tanto los aspectos físicos como metafísicos del agua y las numerosas divinidades del agua. Las divinidades del agua femeninas han recibido una atención especial por parte de los artistas.
Los artistas también han jugado un papel importante en la transmisión en términos visuales de la creencia en el carácter sagrado del agua. En términos más prácticos, los arquitectos romanos construyeron grandes acueductos para mover el agua de un lugar a otro, y enormes baños. Los escultores además han diseñado muchas fuentes hermosas.
