Microrrelatos

¿Campo o ciudad?

Lo he visto madurar desde la cocina, mientras preparaba el almuerzo.
Allí estaba él, reluciente y verde, engordando a ojos vista. Y hoy ya tiene ese
color rojo intenso que recuerdo del pueblo y ese olor agreste que me trae a la
memoria a mis abuelos. Lo acaricio lentamente, con agrado, mientras veo a lo
lejos las montañas azules de la sierra madrileña. Es mi primer tomate,
cultivado en un viejo arcón de madera en el balcón de mi casa. Con él nos
comeremos a toda una estirpe.